Inés y Fernando: el proyecto del amor

 22 de noviembre 2013



Llevábamos 6 años de novios, ya vivíamos juntos y casarnos era algo que siempre estuvo en nuestros planes. Pero la propuesta formal vino junto con un espectacular anillo, una hermosa noche de abril con luna llena, en Punta del Este. De ahí en más empezamos a organizar absolutamente todo!

Decidimos muchas cosas juntos desde el lugar para la fiesta, el fotógrafo, las alianzas, el Dj y la música, el menú, el cotillón, la luna de miel, hasta el sastre y la tela para su traje (Mutto, unos genios!!). Otras cosas como la decoración, las invitaciones, el hotel para el gran día y la noche de bodas y demás detalles quedaron bajo mi responsabilidad y ahí recurrí a la ayuda de dos grandes sabias: mi mamá y mi tía abuela Stella, que estuvieron para aportar lo justo en todos los detalles y por sobre todas las cosas para compartir la alegría e ilusión en cada etapa de la organización.



El gran día llegó...

Ese día amanecí y mi casa era un revuelo, estaban mis hermanos, sobrinas, cuñadas, papá, mamá y Fer. Luego de desayunar me fui para lo de Rosi, donde me esperaba Virginia Reyes, para comenzar con los aprontes previos para el peinado. Luego de ahí fui para el hotel Le Bibló,  con mi mamá y 4 amigas –divinas-. Ahí tomamos el té y pasamos una tarde espectacular y distendida, previa a todos los preparativos.



Peinado: Virginia Reyes
Tocado: Mariana Montemurro
Maquillaje: Erika Soca
Vestido: Silvina Lascalla
¡El mejor equipo de profesionales elegido!

Las primeras en llegar fueron Virginia y Mariana. Virginia me hizo un recogido flojo espectacular que me duró toda la noche intacto, y soportó el tocado de la mejor manera, una fenómena. El tocado fue una obra de arte de Mariana, que desde la segunda reunión que tuvimos y tan solo con una vaga forma que tenía en mente, captó y creó a la perfección mi tocado. Para lo que utilizó unas piezas de filigrana de plata espectaculares, que eran de un rosario que perteneció a mi bisabuela y fue el regalo que le hizo a mi abuela Stella en su primera comunión. El tocado también tenía cristales de murano y perlas en color natural y champagne.  Me maquilló Erika Soca, una dulce y excelente profesional, la mejor! Hace maravillas, jejeje.


Y por último llegó Silvina con mi vestido, mi hermoso vestido. La elección se me hizo muy fácil ya que caí en las manos correctas. Llegué a la primera reunión con Silvina, quien conozco desde niña, con dos fotos, una de una espalda, otra de un escote y una idea de tela – sabía que mi vestido iba a ser de  encaje – En menos de 10 min Silvina dibujó lo que en 6 meses seria mi vestido. Captó mi esencia, lo que yo quería, me aconsejó y le puso su gran toque distintivo a ese hermoso vestido de encaje chantilly color off white, con espalda V descubierta y cinto bordado con las mismas perlas y filigrana utilizadas en el tocado. Una Genia!




Llevé un ramo de tulipanes fucsias, mis zapatos fueron de Datelli y como detalle tenía en mi muñeca  derecha una pulsera de perlitas de oro. Mi cábala fue  el clásico “algo nuevo, algo viejo, algo prestado, algo azul” nuevo: el vestido, viejo: la filigrana del tocado, algo prestado: la pulsera, algo azul: mi amiga Pietra me había atado un lazo azul al zapato derecho y Silvina le había cosido una moñito azul por dentro al vestido 


Hicimos una cálida ceremonia civil en el mismo lugar que celebramos la fiesta, el Club de Golf del Uruguay. Desde el hotel en Carrasco hasta el Golf me llevó mi hermano Tomás. Entré del brazo de mi padre y sonaba Let it be, por David Garrett (solo violín). 




Los anillos los llevó mi sobrina Julieta de 4 años, en un almohadón forrado con un pañuelo antiguo bordado a mano, que había hecho mi madre. Los momentos más emotivos fueron la entrada con mi padre, la firma de mi abuela como testigo,  las palabras de amigos y sin lugar a dudas el SÍ.




Luego de la ceremonia los invitados pasaron al salón principal del Golf y comenzó la fiesta.
La comida estuvo deliciosa, a cargo de Phillip Berzins el chef del golf, quien tuvo en cuenta cada detalle (menús especiales, infantiles, etc), la verdad sin palabras. Las tortas y postres eran de Pellegrin Gourmet.

De la decoración se encargó Gabriela Gómez de Puig y realmente quedó espectacular. Yo quería algo bien romántico y fresco, así que junto a mi madre, elegimos una decoración vintage con velas, farolitos, pipilotas y arreglos de distintos tamaños hechos de mini rosas, liliums, tulipanes y astromelias en distintos tonos de rosa, violeta, fucsia y verdes.



Luego de la cena bailamos el vals e inmediatamente después comenzó sonar Super Freak de Rick James y la pista se llenó y no paramos de bailar hasta el amanecer junto a amigos y familia. 

Como algo especial recuerdo cada uno de los temas que bailé junto a Fer y sin dudas el cotillón que fue súper divertido, habíamos elegido pelucas de muchos colores y cotillón luminoso. Ver la imagen de mi abuela de 89, con una peluca de rulos anaranjada a las 4.30 am fue increíble. Era tal la alegría y lo bien que pasamos que no nos podíamos borrar la sonrisa.




Nuestra luna de miel fue en las islas San Andrés, pasamos súper bien y conseguimos las dos cosas que buscábamos descansar sin dejar de divertirnos. Como anécdota: al segundo día de haber llegado, Fer buceando, perdió su alianza a más  de 5 mts. de profundidad en el mar caribe. Pero lo más cómico de todo fue que luego de transcurridos 6 días, el instructor que nos había acompañado –Gary- la encontró y fue al hotel a devolvérnosla –sin palabras- 

¿Algún consejo para las futuras novias? 

Planificar ese Gran Día es un hermoso proyecto que puede llevar muchísimo tiempo y luego todo sucede en horas; así que mi consejo es disfrutar al máximo cada instante, cada detalle y por sobre todas las cosas, no perder de vista lo más importante, se están casando con el amor de su vida.





Fotos: Francisco Sacco, "un excelente artista que supo captar momentos únicos que quedarán para siempre en nuestro recuerdo".

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Flor