Nos conocimos hace 8 años, por una amiga que teníamos en común.
Solíamos ir a los mismos lugares, y después de un tiempo empezamos a tener
charlas diarias (y laaaargas) por chat, hasta q nos hicimos muy amigos y
compinches. Un día la amistad se torno rara, nos volvimos muy dependientes uno
del otro, en otras palabras, nos empezamos a enamorar. Me invito a salir el 31
de diciembre de 2004. El estaba en Punta del Este y yo en Montevideo, así que
el 1ro de enero de 2005 me fui para allá y tuvimos nuestra primera cita. Yo tenía
17 años. El 26 de enero formalizamos como novios, y nunca más nos separamos.
En Abril de 2010 nos fuimos a vivir juntos. Otra experiencia
q nos hizo crecer mucho como pareja. El tema del casamiento venia rondando
hacia tiempo. Siempre tuvimos como proyecto casarnos para marcar el inicio de
un proyecto familiar que compartimos.
La propuesta llego un día de setiembre de 2011. Fue un
viernes, fuimos al teatro Solís a ver una banda que nos gusta mucho, y después
a cenar. En la cena me hizo la pregunta clave y saco una cajita con un anillo. ¡Dije
que si enseguida, obviamente!
Al otro día me compre varias revistas del tema y empezamos a
planear todo. Sin enloquecernos, intentando disfrutar del proceso. La fecha
inicial era 30 de junio, pero finalmente se corrió para el 23. El casamiento
civil fue el 15 de junio, un día lluvioso, húmedo, inhóspito. Llegamos al
registro abajo de un mismo paraguas, muertos de frio pero muy contentos. Luego
almorzamos con familia y de noche con amigos, fue un primer paso pero lo
importante iba a pasar el 23. Así lo sentíamos.
Ese sábado amaneció soleado, y a pesar de estar en pleno
inicio del invierno, no demasiado frio. Me levante y me fui a la peluquería. De
ahí al hotel Cottage con mis hermanas y sobrina mayor. Mis amigas fueron a
visitarme y darme aliento. La verdad es que disfrute mucho la tarde en el hotel, recién
sobre el final empecé a sentir un poco de nervios, que se fueron apenas empecé
a sacarme fotos y nunca más volvieron.
El vestido lo diseño y confecciono Serrana Ferrés. Entre las
dos armamos el diseño desde la primera reunión. Ella interpreto muy bien lo que
yo buscaba, y lo llevó a la práctica maravillosamente bien. El vestido quedo
perfecto, me sentí muy bien llevándolo.
El tocado lo hizo Paola Malaquin. Intentamos que fuera un
buen complemento a vestido pero no el protagonista. El resultado fue un broche
precioso que cumplió ese cometido.
Entre a la iglesia con un rosario de cristales, que tenía un
significado muy especial porque era de la bisabuela de una de mis amigas mas
intimas y especiales. Tener ese rosario en la mano me hacía sentirla a ella
cerca, y efectivamente estaba en el segundo banco acompañándonos. El atuendo se completo con unos zapatos de Maria Lumaconi,
unas perlas en las orejas y una moñita azul, infaltable para la buena suerte,
cosida por Serrana en la parte de adentro del vestido.
Entré a la iglesia como si lo hubiese hecho mil veces antes, con una tranquilidad y paz que hasta a mi me sorprendieron. Me acompañaron todo el día las palabras de Gonzalo, el sacerdote que nos casó:"Ya salió todo bien, hace tiempo. Esto es para celebrar. Disfruten". La ceremonia fue en la Parroquia Punta Carretas, y la dirigió
el sacerdote Gonzalo Aemilius, un gran apoyo que hizo que todo fuera muy fácil
y des-estructurado. Fue una ceremonia especial, muy afectiva y cero ceremoniosa,
tal como somos nosotros. Los anillos los llevaron hasta el altar mis sobrinas
mas chicas y la prima del novio.
Un momento especial fue cuando uno de mis alumnos, de 2 años
y medio, subió a darme un beso en representación de todos mis alumnos, que
estaban sentados en una alfombra adelante de todos. Fue muy importante para mi
compartir ese momento con ellos, que me acompañan siempre con tanto amor.
La fiesta fue en la Hacienda, el único lugar que vimos y en
el que desde el principio quisimos que sea nuestro casamiento. Todo salió perfecto,
recibimos una atención de primera y mucha dedicación y disposición.
Al ser invierno, elegimos una decoración que genere un
efecto más acogedor. Todo fue en tonos chocolate, salmón, coral. Muchas flores
y algunos sillones de cuero, además de una iluminación cálida en la gama de los
naranjas.
Detalles originales:
Un carro de chocolate, "Chocolatier" que tenia de
todo: cupcakes, bombones, cookies, etc. Una cabina con fotos instantaneas. Los invitados entraban,
se sacaban las fotos y se las llevaban impresas en el acto. Resulto un éxito,
hasta se hacían colas para entrar! Durante la cena un saxofonista ambiento generando un clima
muy divertido. Pasaba entre las mesas tocando temas conocidos y la gente
termino bailando entre las mesas.
El cotillón fue todo en 3 únicos colores: amarillo y blanco
( por el cuadro de futbol del novio, que compite en la liga universitaria) y fucsia,
porque a mí me gusto!
También los amigos del novio nos prepararon un video muy
divertido y emotivo que disfrutamos todos desde una pantalla gigante.
Fue una noche única, de la cual rescatamos el afecto y la
buena energía que recibimos y que nos nutrió el alma. Mi consejo es el mismo que recibí yo tantas veces antes de
esa noche: disfrutar, disfrutar, disfrutar, y no perder de vista el significado
del casamiento. No perderse en los detalles ni permitirse estresarse por lo
superficial. Finalmente siempre sale todo bien, y lo que uno no se olvida mas
es la compañía y amor de todos.
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Flor