pueden pensar que es una tontería pero la buena onda es todo y puede arruinar la fiesta más organizada y cara de todas. Hoy por hoy los casamientos tienden a ser "más naturales", si bien estás agasajando a un montón de invitados los novios tienen que estar en una actitud de disfrute: es su gran día, es irrepetible ¡Y pasa volando! Por eso es importante que los dos recuerden que ese día se trata de relajarse y hacer que cada minuto valga la pena.

1- Relajate: la semana anterior tomate un día de spa con tus amigas, tu madre, con el novio o sola. Puede ser en un spa pago, con masajes incluídos o puede ser una "escapada" de una tarde a algún lado que te haga reencontrarte con tu paz interior. Salí a caminar, a pasear al perro, acostate temprano y mimate mucho. Eso va a repercutir en el humor del gran día... y aconsejale al novio que haga lo mismo.
2- Ponele punto final: si te casás el sábado el jueves tratá de tener todo bajo control, lo que falte delegalo... pero no al novio! los dos tienen que estar igual de tranquilos.
3- Visualicen: dicen que cuando uno piensa algo lo "tira" al universo y lo carga de buenas o malas energías. Visualicen junto a tu futuro esposo la fiesta increíble que van a tener, cárguenla de buenos sentimientos y esperen a que todo fluya...
4- Llegó el gran día: el día de la boda duerman hasta media mañana, desayunen balanceado y abundante, disfruten de los preparativos y cuando lleguen a la fiesta sean ustedes mismos: dense la mano, mírense a los ojos, hagan que cada segundo sea de uds dos... celebren la vida y el amor.
¡No debería ser de otra forma! En mi caso así fue. Gran consejo.
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