Flor y Pablo: prometió y cumplió

En febrero del 2009 frente al mar, nos dimos nuestro primer beso. Un año y medio después ya estábamos viviendo juntos y sin planes de boda en nuestro horizonte, o al menos eso creía yo. A mediados del 2012 nos fuimos de vacaciones a Buzios, y fue disfrutando de un maravilloso día de playa en Joao Fernandes que Pablo me sorprendió con su tierna y romántica propuesta de casamiento. No hubo alianza en ese momento, si bien me confesó haberme “robado” un anillo para ver si encontraba alguna joyería en Buzios y poder sorprenderme también con una alianza, pero no tuvo suerte. ¡Eso era lo de menos!
Lo primero que hicimos fue definir la fecha y el lugar de nuestra boda. Queríamos que fuera en febrero y
preferentemente sobre el mar. Visitamos un par de lugares hasta que nos encontramos con el Club Pescadores de Montevideo y ¡fue amor a primera vista! El sábado 2 cumplíamos 4 años juntos, pero el salón ya estaba reservado para esa fecha así que elegimos el sábado 9 de febrero al atardecer.
Si bien tanto Pablo como yo hicimos muchas cosas con nuestras propias manos (por ejemplo: los centros de mesa!!), gran parte de la decoración estuvo a cargo de Ideal Wedding Planner: tras varias reuniones con Marianella y Zaida, logramos entendernos y todo quedó maravillosamente hermoso! Al ser pleno verano y con vista al mar, la temática no podía ser otra que marina: mucho caracolito y estrella de mar para decorar las mesas. Los colores elegidos fueron blanco, azul y arena (para el sendero de las mesas). Los arreglos florales eran en otras tonalidades, el salón es bastante oscuro dentro y con Pablo queríamos que fuera bastante colorido sin ser un carnaval. Coral, naranja y blanco fueron los colores de las flores. El centro de mesa lo completaban los frascos que estaban “vestidos” con tela rústica en color marrón, una fina tira de encaje y atados con hilo sisal… hechos todos y cada uno de ellos por los novios! Muchas horas de recortar y pegar, pero quedaron super lindos y nos encantó hacerlos. Otro punto aparte de DIY (do it yourself) fue el gazebo de la ceremonia, similar a una jupá, el cual fue construido íntegramente por mi padre y decorado por las chicas de Ideal.





Mi vestido fue todo un tema. Tenía un par de modelos en mente y necesitaba alguien que pudiera hacer realidad el vestido que tenía en fotos. Pero mi hermana descubrió una página de venta on line de vestidos de fiesta donde había un vestido que me encantó. Lo encargué a través de una señora que vendía ropa en Facebook y fue un grave error: el vestido nunca apareció y hasta el día de hoy sigo insistiendo con esta señora estafadora para que me devuelva mi dinero. Fueron pasando los meses y al ver que el vestido no llegaba, retomé la búsqueda de una diseñadora. Me ayudaron a preseleccionar mi hermana y mi mamá. Encontré otros vestidos que me enamoraron y a Eli Corujo que entendió lo que yo buscaba. El resultado: ¡un vestido que amé!
Un vestido, dos experiencias: una versión larga para mi entrada y la ceremonia civil, y una versión corta para la fiesta. Soy bastante desestructurada y sabía que un vestido largo no iba a soportarlo toda la noche.
Los zapatos (comprados en Zappos.com y adivinando el talle) eran azules siguiendo con la temática marina que acompañaba la decoración. No suelo usar tacos altos y sabía que iban a durar poco en mis pies, por eso no dudé en comprarme unos muy altos y con plataforma… total, ¡al rato ya iba a estar descalza! Lo prestado y lo nuevo vino de mi amiga Karina, que me prestó unos ondulines y me regaló unas caravanas azules para completar mi look.
Había visto en varios blogs y webs sobre bodas (los cuales me ayudaron muuuuucho durante los
preparativos) una idea que me pareció super divertida, original y cómoda: entregar chinelas a mis invitadas para que pudieran bailar sin problemas toda la noche!! Y obviamente había un par especial para mi!!
Para las fotos (Jorge Liotti) y el video (Gabriel del Arca) teníamos claro que no queríamos nada demasiado elaborado ni con mucha producción. No quise que el fotógrafo destinara parte de su tiempo en fotos sólo mías, entonces les pedí a quienes me acompañaron en el hotel (mi hermana y dos amigas) que llevaran sus cámaras y se divirtieran sacando fotos de la previa.
Pasamos la noche de bodas en el Armon Suites (regalo de mi hermana) y allí mismo me vestí y me peiné. Esa tarde llegué al hotel con mi hermana sobre las 3 de la tarde y luego llegaron 2 amigas más: Luciana (que se encargó de sacar las fotos en la previa) y Soledad. Merendamos en el hotel y descansamos apenas un rato. Si bien no estaba nerviosa, estaba ansiosa por saber cómo iría todo con los preparativos en el salón, preguntándome si la jueza llegaría en hora (un retraso hubiera arruinado el maravilloso paisaje que tuvimos), queriendo saber cómo estaba el novio… y un montón de cosas más!
La encargada de ponerme bella fue mi peluquera de toda la vida Carmen Castro junto a su hija Analía
Castro (quien me maquilló). Adoré el peinado, fue tal como lo había pensado! Una trenza suelta acompañada por unos lazos en blanco y azul. Algo fácil de llevar, prolijamente “desprolijo” y que permitiera lucir el escote de la espalda. No quería un tocado, pero sí algo diferente. Fui a una mercería y compré las cintas blancas y azul, y además esa cinta que simulaba ser encaje. Cuando la compré no recordaba bien el diseño del vestido, pero luego comparando las telas parecían la misma! No tenía idea qué podía salir, pero Carmen y Analía son dos genias que hicieron magia en mi cabeza.
El ramo también lo armaron las chicas de Ideal Wedding Planner. Les mostré millones de fotos de ramos que me gustaban y luego ellas me mostraron otro millón de fotos más de flores de estación.
Entré con un tema elegido por Pablo y por mí: “A Primeira Vista” de Chico César. Fue la canción ideal para el momento, si tengo que definir un momento mágico, sin lugar a dudas fue mi llegada al club. La música, el sol cayendo sobre el horizonte, ver por fin a los invitados, entrar con mi padre y por sobre todas las cosas, ver a Pablo sonriente y emocionado esperándome junto a la jueza.
No nos casamos por Iglesia y tampoco queríamos pedirle a ninguno de nuestros familiares o amigos que hablaran u oficiaran de maestro de ceremonias porque no era el tipo de boda que buscábamos, pero sí queríamos que hubiera alguna especie de ceremonia. Por eso nos pareció que la mejor opción era la de llevar a la jueza al Club para celebrar allí el civil. Si bien tuvimos la reunión con la jueza Alice Eyheralde una semana antes de la boda, desconocíamos cómo oficiaría la ceremonia. Realmente nos sorprendió que lograra momentos tan emotivos. ¡Todos los invitados pensaron que la jueza nos conocía de antes! Además antes de la parte formal del civil, Pablo y yo tuvimos la oportunidad de dedicarnos unas palabras, aprovechando el momento para agradecer también a nuestra familia y amigos.
Fue un momento mágico: el sol cayendo a nuestras espaldas sobre el horizonte, todos emocionados hasta
las lágrimas, un clima espectacular, nuestros “votos” de amor, la jueza hablando con toda su dulzura… inolvidable!! Y todos nuestros invitados nos dijeron que fue un momento de película: la mejor boda a la que han asistido!
Si bien no fue una boda tradicional o clásica, sí bailamos el vals. No era algo que me quitara el sueño, pero Pablo me dio a entender desde un principio que el vals iba a estar. Obvio que no opuse resistencia, porque sabía iba a ser un momento importante para mis padres y si el novio tenía ganas de bailarlo, ¡no se discutía más! Inmediatamente después del vals, arrancó La Bomba Loca del Pelado Cordera, ¡y se llenó la pista!
La música y las luces estuvieron a cargo de Eclipse Eventos a quienes no les pedí demasiadas cosas, y lo poco que les pedí (algunos temas puntuales que no suelen aparecer en las fiestas, pero que sabía sorprenderían a Pablo), lo cumplieron. Sin duda la música fue un éxito, ya que siempre hubo gente en la pista.
Obviamente tuvimos cotillón, pero antes de eso una banda de la que participa un primo de Pablo, tocó algunas cumbias clásicas que hicieron bailar a todo el mundo. Y cuando la pista estaba repleta, la banda cambió su repertorio por temas de la hinchada de Nacional mientras nosotros desplegábamos nuestra propia bandera “gigante”!! Ambos somos fanáticos socios de Nacional y alguna alusión al equipo teníamos que tener. Nos decidimos por la bandera y la confeccionamos nosotros mismos (exceptuando la costura: gracias tía Judith!). Pablo y yo compramos la tela, la cortamos y la pintamos sin que nadie supiera: ¡queríamos que fuera una sorpresa para todos los invitados!







Como toda la temática de la boda fue sobre el mar, la torta no podía ser la excepción. Así fue como surgió la torta de mar con nosotros dos emergiendo de ella. Y ya que parte de nuestra familia no nos pudo acompañar a la fiesta, decidimos que nos acompañarían al menos como muñequitos de torta: así fue como Elvis (nuestro gato) y Morro (nuestro perro), también estuvieron presente!

Tres consejos para las futuras novias:
  1. Disfruten cada momento de la previa, con sus amigos, su familia y por sobre todas las cosas, disfruten con su pareja (¡sobre todo si como yo tienen la suerte de tener al mejor y más participativo de todos los esposos del mundo!).
  2. Tómenlo con calma, porque se encontrarán en el camino con mucha gente que querrán ayudarlos, y si entran en la locura de los nervios no sólo se estresarán y la pasarán mal, sino que pueden llegar a olvidar agradecerle a toda esa gente que destinó tiempo, creatividad, dinero o lo que fuere en la organización de su boda.
  3. Hagan la boda que ustedes quieran, ¡no dejen que nadie más que ustedes dos imponga nada de nada! Que los invitados los reconozcan a ustedes en cada detalle, no hay necesidad de hacer tal o cual cosa sólo porque está de moda. Tampoco comparto hacer nada por tradición familiar, excepto que ustedes realmente deseen mantener viva esa tradición.





1 comentario

  1. Muchas gracias Flor, ¡quedó precioso! Otro recuerdo más de la boda para seguir guardando :)

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Flor