Pablo y María: el verano del amor


Casarnos era algo que veníamos hablando pero imposible de determinar porque estaba la posibilidad de irse a estudiar al exterior y no sabíamos cómo se iban a dar las cosas. Cuando le surge la beca a Pablo para venirse a Pittsburgh, él quería que yo me venga y yo quería venir. Esto nos ayudó a tomar la decisión, no fue el motivo por el cual nos casamos, pero sí fue un impulso a tomar la decisión. Pablo se vino a Pitt en agosto, nos casamos en diciembre y vinimos juntos en enero. La organización entre nos fue básicamente vía mail, Skype. Etc etc.




Mi madre y mi mejor amiga, Mechu, estuvieron en toda la organización, desde el vestido, la ceremonia, la fiesta, hasta le armado de valijas. Para la ceremonia me ayudó el P. Juan Antonio Vazquez (OCD), quién nos casó y me acompaña espiritualmente hace ya 4 años. No quería dejar nada librado al azar en la ceremonia ya que para mí era y es la parte más importante de todo esto, recibir el sacramento entendiendo la magnitud del compromiso con el otro pero por sobretodo con Dios. 

Todo fue pensado especialmente, la música (cantó mi coro) y las canciones, las lecturas, la decoración que fue idea y realización de mi tía Vivianne, a quien yo quiero mucho. Tuvo la idea de decorar con espigas de trigo, panes y uvas tanto la iglesia como el lugar donde hicimos la fiesta (criolla Elías Regules). Los centro de mesa de ahí los hicieron las Hermanas Carmelitas de Florida.
Mis amigas nos regalaron la noche de Bodas en el Belmont y ahí pasamos 3 días (Como nos íbamos del país no nos fuimos en seguida de Luna de miel).
Quería usar parte del vestido de mi madre, la pollera y en base. A eso elegimos el resto. Nada fácil encontrar cosas que combinaran y que me gustaran! Hasta encontrar el color fue muy difícil. 
El tocado me lo diseño María Toucon. Una genia. Yo quería usar perlas sí o sí, y teníamos un collar de mi bisabuela que tenía tres vueltas, unas perlas divinas re antiguas y usó eso como base para diseñarlo.


Llevé el Rosario que mi abuelo le regaló a mi abuela cuando cumplieron un mes de novios. Es de marfil y tiene a Santa Teresita (una santa Carmelita de mi devoción). Lo usaron mi madre y todas mis primas que se casaron!


Los zapatos los compré en el Centro. Yo quería cerrados y de punta redonda. Las caravanas era de perlas igual que el tocado.
La ceremonia se realizó en San José de la Montaña. Entré con una canción que se llama Sopla. Es una canción que habla del Espíritu Santo, que sople en nosotros un montón de bendiciones.  A los anillos los llevó el primo de Pablo, Pedro. 



La verdad es que no puedo elegir un único momento emotivo. Toda la ceremonia fue un momento emotivo, disfrutable desde el principio hasta el final. Cada parte de la celebración tiene su encanto, la entrada, las lecturas que elegimos, el sermón del sacerdote, las peticiones y agradecimientos,  recibir a Jesús en la Eucaristía, el consentimiento de los dos! Todo es lindo! 

La fiesta fue en Elías Regules. El catering estuvo a cargo de Elena Tejeira, una genia. La comida estuvo muuuy rica, y todo en el tiempo justo y por sobre todo calentito (teníamos miedo que por la cantidad de invitados la comida no llegara lo suficientemente caliente).

No hubo cotillón en nuestro casamiento, a nosotros no nos divertía el momento, ni la música que se pasa ahí. Por eso nuestros amigos hicieron uno. Pablo es fanático de SatrWars, nos disfrazaron a nosotros con capas, y ellos se hicieron cada uno uno remera, muuuy buena! Pusieron la banda sonora y entraron en fila con las remeras, tipo acting.









¿Algún consejo para las futuras novias? Enfocarse en las cosas que realmente son importantes. Si es un casamiento por Iglesia que lo hagan realmente conscientes del paso que están dando y que intenten priorizar qué es lo importante.

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Flor