Ale y Juan: que los novios se diviertan como los invitados!



Nuestra historia arrancó hace casi 7 años, cuando amigos en común se

dieron cuenta que Juan y yo tenƭamos que conocernos porque Ʃramos muy
parecidos en gustos. Le pasaron mi teléfono y cuando llamó justo me lo
habĆ­a olvidado y atendió ¡mi madre! Yo estaba paseando a mi perro,
Ulises, y cuƔndo volvƭ le devolvƭ la llamada y acordamos para salir a
cenar. En esa cena quedó claro que a ambos nos gustaba lo mismo. En vez de
elegir alguna de las comidas exóticas que ofrecía el restaurante,
ambos preferimos elegir milanesas con papas fritas. A partir de ahĆ­ la
pareja comenzó a afianzarse y finalmente a los siete meses de novios,
aprovechando el "mensuario", Juan me sorprendió con un anillo. Nos
terminamos casando mƔs de dos aƱos y medio despuƩs.


La fecha la tenĆ­amos planificada desde el primer momento, como homenaje a mi abuelo fallecido, ya que cumplirĆ­a aƱos el dĆ­a de la fiesta,  y con casi un aƱo y medio de anticipación reservamos el salón, el Hotel del Prado, al cuĆ”l Juan me llevó una preciosa noche de Primavera a ver que me parecĆ­a. Finalmente, pese a que hubo que pensar mucho la decoración y distribución por la cantidad de gente, lo hicimos allĆ­ y la verdad es que valió la pena, porque la fiesta fue espectacular. Otra razón para elegir el Hotel fue que no nos gustaba la idea de tener a nuestros amigos y familiares haciendo ruta despuĆ©s de haber consumido alcohol y asĆ­ los taxis no salĆ­an tan caros.






La iglesia fue la de Tapes, que tambiĆ©n fue elegida por varios propósitos: la visual que genera la decoración de la capilla en las fotografĆ­as y la espectacular acĆŗstica que tiene
 y que permite disfrutar aĆŗn mĆ”s del coro que contratamos, De Profundis. 






Una anĆ©cdota divertida es que cuando fuimos a reservar la iglesia, con mĆ”s de una aƱo de anticipación, la secretaria del lugar ni siquiera tenĆ­a agendapara esa fecha! "Miren que falta mĆ”s de un aƱo y generalmente se anotan con tres meses de anticipación", explicó, pero nosotros querĆ­amos ya dejar los detalles definidos. La organización de la fiesta estuvo en general a cargo de mi madre, aunque nosotros participamos de todo el proceso de decisión. El dĆ­a del casamiento llovĆ­a torrencialmente, aunque sobre las 19 hs (nosotros nos casĆ”bamos a las 21), paró. Ese dĆ­a lo pasĆ© en mi casa, ordenando los regalos, y terminando de hacer la valija, porque salimos para la luna de miel al mediodĆ­a del dĆ­a  siguiente. Y sobre las 17 hs comencĆ© a prepararme acompaƱada de mis padres y Ulises, que participó hasta de la sesión de fotos.



El vestido fue hecho en chantung de seda y encaje traĆ­dos de Nueva York. Fuimos con mis padres, aprovechando un viaje, y disfrutamos de ver miles y miles de tipos de telas en el Fashion District. Ya habĆ­amos elegido hacerlo con Laura Sorhuet. Y lo Ćŗnico que yo sabĆ­a era que tenĆ­a que tener encaje. Me habĆ­a encantado un vestido que habĆ­a visto en una publicidad hacĆ­a 8 aƱos y tenĆ­a guardado el papel en un cajón y finalmente terminó siendo muy parecido, aunque reciĆ©n saquĆ© el dibujo del cajón despuĆ©s de la luna de miel. 
Para el tocado querĆ­a algo super sencillo: un broche que me sujetara el recogido y fui a MarĆ­a Toucón e interpretó perfectamente lo que querĆ­a.


El ramo me lo hicieron las mismas floristas que decoraron la fiesta. Era de rosas chiquitas blancas. La tirada fue uno de los momentos mĆ”s divertidos, especialmente porque en las fotos del casamiento tenemos la visual aĆ©rea del momento.



Siguiendo la tradición norteamericana de que toda novia tiene que tener algo azul, algo nuevo, algo prestado y algo usado, yo utilicĆ© unas caravanas de brillantes y zafiros que me habĆ­a regalado mi novio en la anterior Navidad con el fin de que lo utilizara en el casamiento, asĆ­ que ahĆ­ tenĆ­a lo azul y nuevo.  AdemĆ”s utilicĆ© un anillo que pertenecĆ­a a mi abuela, por lo que eso era lo algo prestado y algo usado. 
Siempre puntuales, con mi padre intentamos hacer tiempo para no llegar a las 21 hs en punto a la iglesia, pero nuestra forma de ser pudo mĆ”s que nosotros y a las 20:57 estĆ”bamos paraditos afuera. Ese fue el Ćŗnico momento en que me puse nerviosa y casi me se me caen las lĆ”grimas. AhĆ­ mi padre me abraza y me dice: "Que seas muy feliz", y la emoción fluyó de una manera impresionante. Pero luego logrĆ© controlarme y serenarme y toda la ceremonia, que la hicimos de cara a nuestros invitados, pasĆ© feliz y sin nervios.






Tuvimos sĆ­ un par de percances con las llegadas tardes de los designados lectores y niƱo de los anillos, pero pudimos suplirlos rĆ”pidamente porque yo le habĆ­a dado a Juan una copia de la lectura y al final la leyó la que es ahorami cuƱada, Victoria. Juan tambiĆ©n se habĆ­a olvidado los anillos en sucasa, pero se habĆ­a dado cuenta antes de llegar a la Iglesia asĆ­ que volvió a buscarlos. Se que muchas parejas prefieren estar de espaldas a los invitados en la iglesia, pero realmente para mĆ­ fue espectacular poder ver la cara de todos durante la ceremonia. TambiĆ©n vi cuĆ”ndo mi sobrina casi se parte la cabeza jugando con la puerta de la sacristĆ­a y en ese momento se me paró el corazón y casi salgo corriendo del altar a consolarla, pero por suerte no pasó a mayores y al ceremonia siguió sin problemas. 


DespuĆ©s fue el momento de la fiesta. El hotel, que esa maƱana habĆ­a estado inundado, lucĆ­a espectacular y al llegar, sorpresivamente nos recibió un espectĆ”culo de fuegos artificiales organizado por la familia de mi marido.




A partir de ahĆ­ todo corrió perfectamente. Los invitados estuvieron bien servidos, nosotros bailamos toda la noche, hasta que en un momento paramos con Juan y decidimos ir a ver el resto del salón, disfrutar la decoración y saludar a los invitados mayores que no estaban en la pista, que estaba rodeada por altos Ć”rboles color bronce.






Lo Ćŗnico diferente que organizamos fue hacer dos cotillones: uno clĆ”sico y divertido y otro "electrónico". Lo hicimos en distintos horarios: uno para que disfrutara todo el mundo y el otro para la gente joven y amigos mĆ”s cercanos que aguantaron hasta mĆ”s tarde.





El mejor consejo que puedo darles a las novias es que una vez que llegó el dĆ­a no se preocupen por nada mĆ”s. Ya estĆ” todo el pescado vendido. SĆ­ estĆ” bueno designar a alguien responsable para que solucione los problemas de Ćŗltimo momento, pero no hay que estresarse ni ponerse nerviosos. Lo importante es que sean felices y disfruten de su fiesta como un invitado mĆ”s.

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Flor