Nuestra historia arrancó hace casi 7 años, cuando amigos en común se
dieron cuenta que Juan y yo tenĆamos que conocernos porque Ć©ramos muy
parecidos en gustos. Le pasaron mi teléfono y cuando llamó justo me lo
habĆa olvidado y atendió ¡mi madre! Yo estaba paseando a mi perro,
Ulises, y cuÔndo volvà le devolvà la llamada y acordamos para salir a
cenar. En esa cena quedó claro que a ambos nos gustaba lo mismo. En vez de
elegir alguna de las comidas exóticas que ofrecĆa el restaurante,
ambos preferimos elegir milanesas con papas fritas. A partir de ahĆ la
pareja comenzó a afianzarse y finalmente a los siete meses de novios,
aprovechando el "mensuario", Juan me sorprendió con un anillo. Nos
terminamos casando mƔs de dos aƱos y medio despuƩs.
La fecha la tenĆamos planificada desde el primer momento, como homenaje a mi abuelo fallecido, ya que cumplirĆa aƱos el dĆa de la fiesta, y con casi un aƱo y medio de anticipación reservamos el salón, el Hotel del Prado, al cuĆ”l Juan me llevó una preciosa noche de Primavera a ver que me parecĆa. Finalmente, pese a que hubo que pensar mucho la decoración y distribución por la cantidad de gente, lo hicimos allĆ y la verdad es que valió la pena, porque la fiesta fue espectacular. Otra razón para elegir el Hotel fue que no nos gustaba la idea de tener a nuestros amigos y familiares haciendo ruta despuĆ©s de haber consumido alcohol y asĆ los taxis no salĆan tan caros.
La iglesia fue la de Tapes, que tambiĆ©n fue elegida por varios propósitos: la visual que genera la decoración de la capilla en las fotografĆas y la espectacular acĆŗstica que tiene y que permite disfrutar aĆŗn mĆ”s del coro que contratamos, De Profundis.


El vestido fue hecho en chantung de seda y encaje traĆdos de Nueva York. Fuimos con mis padres, aprovechando un viaje, y disfrutamos de ver miles y miles de tipos de telas en el Fashion District. Ya habĆamos elegido hacerlo con Laura Sorhuet. Y lo Ćŗnico que yo sabĆa era que tenĆa que tener encaje. Me habĆa encantado un vestido que habĆa visto en una publicidad hacĆa 8 aƱos y tenĆa guardado el papel en un cajón y finalmente terminó siendo muy parecido, aunque reciĆ©n saquĆ© el dibujo del cajón despuĆ©s de la luna de miel. Para el tocado querĆa algo super sencillo: un broche que me sujetara el recogido y fui a MarĆa Toucón e interpretó perfectamente lo que querĆa.
El ramo me lo hicieron las mismas floristas que decoraron la fiesta. Era de rosas chiquitas blancas. La tirada fue uno de los momentos mƔs divertidos, especialmente porque en las fotos del casamiento tenemos la visual aƩrea del momento.
Siguiendo la tradición norteamericana de que toda novia tiene que tener algo azul, algo nuevo, algo prestado y algo usado, yo utilicĆ© unas caravanas de brillantes y zafiros que me habĆa regalado mi novio en la anterior Navidad con el fin de que lo utilizara en el casamiento, asĆ que ahĆ tenĆa lo azul y nuevo. AdemĆ”s utilicĆ© un anillo que pertenecĆa a mi abuela, por lo que eso era lo algo prestado y algo usado. Siempre puntuales, con mi padre intentamos hacer tiempo para no llegar a las 21 hs en punto a la iglesia, pero nuestra forma de ser pudo mĆ”s que nosotros y a las 20:57 estĆ”bamos paraditos afuera. Ese fue el Ćŗnico momento en que me puse nerviosa y casi me se me caen las lĆ”grimas. AhĆ mi padre me abraza y me dice: "Que seas muy feliz", y la emoción fluyó de una manera impresionante. Pero luego logrĆ© controlarme y serenarme y toda la ceremonia, que la hicimos de cara a nuestros invitados, pasĆ© feliz y sin nervios.
Tuvimos sĆ un par de percances con las llegadas tardes de los designados lectores y niƱo de los anillos, pero pudimos suplirlos rĆ”pidamente porque yo le habĆa dado a Juan una copia de la lectura y al final la leyó la que es ahorami cuƱada, Victoria. Juan tambiĆ©n se habĆa olvidado los anillos en sucasa, pero se habĆa dado cuenta antes de llegar a la Iglesia asĆ que volvió a buscarlos. Se que muchas parejas prefieren estar de espaldas a los invitados en la iglesia, pero realmente para mĆ fue espectacular poder ver la cara de todos durante la ceremonia. TambiĆ©n vi cuĆ”ndo mi sobrina casi se parte la cabeza jugando con la puerta de la sacristĆa y en ese momento se me paró el corazón y casi salgo corriendo del altar a consolarla, pero por suerte no pasó a mayores y al ceremonia siguió sin problemas.
DespuĆ©s fue el momento de la fiesta. El hotel, que esa maƱana habĆa estado inundado, lucĆa espectacular y al llegar, sorpresivamente nos recibió un espectĆ”culo de fuegos artificiales organizado por la familia de mi marido.
A partir de ahà todo corrió perfectamente. Los invitados estuvieron bien servidos, nosotros bailamos toda la noche, hasta que en un momento paramos con Juan y decidimos ir a ver el resto del salón, disfrutar la decoración y saludar a los invitados mayores que no estaban en la pista, que estaba rodeada por altos Ôrboles color bronce.
Lo único diferente que organizamos fue hacer dos cotillones: uno clÔsico y divertido y otro "electrónico". Lo hicimos en distintos horarios: uno para que disfrutara todo el mundo y el otro para la gente joven y amigos mÔs cercanos que aguantaron hasta mÔs tarde.
El mejor consejo que puedo darles a las novias es que una vez que llegó el dĆa no se preocupen por nada mĆ”s. Ya estĆ” todo el pescado vendido. SĆ estĆ” bueno designar a alguien responsable para que solucione los problemas de Ćŗltimo momento, pero no hay que estresarse ni ponerse nerviosos. Lo importante es que sean felices y disfruten de su fiesta como un invitado mĆ”s.
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Flor